La llama que lucha por mantenerse recrea con su débil danza un recuerdo de ocasos vistos desde el mirador de aquella ciudad fría, y las cosas que en ese entonces parecían superfluas se han convertido en rutina. Las palabras que no han sido dichas brotan, como feroces cuchillas después de celebrar un picnic en las entrañas de los cínicos.
!Hay tanto miedo en las sombras!
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Rimel