y el baldosín de colores,
la puerta doble y blanca
que se abre extensa como
las alas de una gaviota.
Anhelaré este cuarto,
y la inspiración invisible
que en sus esquinas reposa;
los besos que aquí me dieron,
las copas que se quebraron.
Aquí ninguna lágrima fue falsa,
ni los silencios eternos,
la noche se hizo más bella
y algunas tristezas maravillosas.
Extrañaré como si no estuviesen,
los cuervos que aquí escribí,
sobre la mesa de vidrio y madera.
incrustados en las paredes,
en el sofá,
en el armario,
en la mesa de vidrio y madera,
en las baldosas de colores
Y en la puerta doble y blanca
que se abre extensa como las alas de una gaviota
para que el próximo que venga sepa
Que aquí respiró, lloró y amó un poeta.
Jueves 2 de junio de 2011
me gusta!!!
ResponderEliminarUn lugar amado duele dejarlo
ResponderEliminarcomo duele un amor sustentarlo
bellas letras amigo poeta
saludos a la distancia
Un poeta, me encanta leer algo así,
ResponderEliminar"aquí vivió un poeta"
De entre todos los seres, los únicos capaz de darle vida a los objetos, de rememorar el pasado más cruel aunque eso sea reventarse el alma.
El único que en la cama contempla una herencia de amor compartido, desvelado, atormentado o feliz.
Si en algún lugar moran las palabras estás irán acompañadas siempre de poeta que les dará vida...
kiss :)
ResponderEliminarEntonces, ¿para dónde se marcha?
ResponderEliminarchévere.
ResponderEliminarHola Leo, muy impactante tu poema, pero bello, me impactó porque me da la sensación de un testamento, pero es natural, no quisiéramos dejar las cosas que amamos. Es un placer leerte, recibe un fuerte abrazo.
ResponderEliminar